Se debe diferenciar del sangrado que proviene de los pulmones (hemoptisis) que en general es provocado con la tos, o con el sangrado de origen gastrointestinal que aparece con episodios de vomito (hematemesis).
Cualquier persona a cualquier edad puede tener episodios de sangrado nasal de distinta magnitud y causas.es común en la infancia por causas locales y en general no reviste gran importancia, cuando se presenta en adultos o ancianos puede ser un evento grave por lo que se debe consultar en forma inmediata.
Los climas secos, calientes de baja humedad pueden secar las mucosas nasales y favorecer los sangrados.
Los cuadros catarrales agudos congestionan la mucosa y favorecen al trauma local por estornudos, tos, sonado etc.
Hurgarse, sonarse con fuerza, meterse objetos extraños en la nariz.
Irritantes químicos como la cocaína, hidrocarburos, cloro, drogas anticoagulantes.
Episodios de presión arterial alta.
Tumores nasales.
Enfermedades hereditarias como el síndrome de rendu osler o trastornos hereditarios de la coagulación
Traumatismos locales, craneofaciales, como complicaciones de cirugías.
Ante todo tranquilícese, siéntese y recline la cabeza ligeramente hacia adelante para que la sangre no vaya para la garganta y provoque sensación de ahogo.
Suénese la nariz para retirar los coágulos que se han formado y comprima la punta de la nariz entre el dedo índice y el pulgar (no comprima la parte del hueso nasal que está más arriba).deje comprimido por 4 o 5 minutos que es el tiempo que tarda una hemorragia en cohibirse con presión local. Si el sangrado no ha parado repita el procedimiento, puede colocar un algodón ligeramente humedecido en agua oxigenada y comprimir sobre el mismo.
Si la hemorragia no cesa debe concurrir a una guardia, las hemorragias nasales pueden ser graves y requerir tratamientos especializados, internación y cirugía.
Si el sangrado no para con las maniobras previas.
Si el sangrado es de gran volumen o es repetitivo.
Si te sientes mareado o débil.
En pacientes adultos o ancianos con otras enfermedades que se pueden agravar por el sangrado.
En pacientes adultos con la presión arterial alta y episodios de sangrado de gran cantidad.
En primer lugar el médico debe parar el sangrado, para ello a veces bastara con la higiene de la nariz, y con la colocación de drogas nasales que sean vasoconstrictoras, otras veces requerirá de la colocación de tapones en la nariz que cumplen la función de comprimir el sitio de sangrado y se dejaran colocados por 2 o 3 días.
En situaciones más extremas hay pacientes que requieren cirugía para cesar con el sangrado.
En algunas ocasiones el sangrado nasal proviene de arterias que por su localización o calibre no dejan de sangrar con los procedimientos habituales de tratamiento, en estas situaciones se debe internar al paciente considerándola una patología potencialmente grave que puede aparejar riesgo para la salud e incluso para la vida del paciente.
Los taponajes nasales con sondas inflables y gasas son muy útiles como primer medida en el tratamiento pero son muy molestos y dolorosos para el paciente.
La cirugía endoscópica es un método seguro que en general resuelve la patología cauterizando las arterias más importantes que irrigan las fosas nasales.
En esta enfermedad los vasos sanguíneos pierden su capa muscular y elásticas dilatan y se rompen en forma espontánea o ante un mínimo trauma provocando sangrado difícil de cohibir por las mismas características de los vasos dañados que no tienen la posibilidad de contracción ante el daño.
El síntoma más común de aparición son los sangrados nasales recurrentes, su frecuencia y gravedad pueden requerir de transfusiones periódicas internaciones y provocar una anemia crónica con la que el paciente convive.
El diagnóstico es principalmente clínico, el interrogatorio pondrá en evidencia el carácter familiar de este trastorno y muchas veces es el mismo paciente el que nos pone en alerta en relación al diagnóstico. En el examen buscaremos las teleangiectasias que son pequeñas manchas vasculares no sobreelevadas que desaparecen momentáneamente cuando las presionamos y les quitamos el flujo de sangre, es común que aparezcan en los pulpejos de los dedos, las palmas de las manos, la piel de la cara, los labios la lengua y cavidad oral.
En las fosas nasales se pueden observar múltiples lesiones características.
No existe un tratamiento definitivo para los sangrados nasales provocados por esta Enfermedad pero muchos de ellos mejoran en forma considerable los episodios de sangrado y la calidad de vida del paciente
Cauterizaciones locales con cauterios de radiofrecuencia, laser, bipolar etc.
Septodermoplastia o reemplazo de la mucosa nasal por piel del mismo paciente.